Gonzalo Correas

Tras pasar tres años estudiando filosofía en Salamanca y obtener un bachillerato en Artes (1592), se matriculó en teología; obtuvo beca de griego en el recién abierto Colegio Trilingüe (1594), pero éste se cerró a los cuatro años y le dieron para compensarle una cátedra de griego de menores; procuró también dominar el hebreo, y en 1601 se ordenó sacerdote y opositó con éxito a una cátedra de griego de superior condición (medianos).

La Universidad le hizo corrector de imprenta, y se jubiló en 1630.

Es conocido sobre todo como el impulsor del principio fonetista en la ortografía castellana frente al etimologista, bajo el criterio de que a cada fonema debe corresponder un signo en la escritura o grafema.

Este criterio ya había sido expresado por Antonio de Nebrija en 1492 en la primera parte de su Gramática castellana, que estaba dedicada a la ortografía, y repetido en su tratado específico de 1517 Reglas de ortographía en la lengua castellana, siguiendo al retórico y gramático hispanorromano del siglo I Quintiliano, que expuso el mismo criterio con respecto al latín:[1]​[2]​

Por otra parte, sus preocupaciones paremiológicas se ejemplifican en el Vokabulario de refranes (1627); apreció la importancia y valor estético del folclore tradicional español, y se inclinaba a considerar el mejor español o normativo el de las gentes de mediana condición.

Página (arr.) y portada de la edición facsímil (Espasa-Calpe, Madrid, 1971) (ab.) de la Ortografia Kastellana nueva i perfeta (1630), de Gonzalo Correas. En la imagen de arriba se lee el principio que, siguiendo a Quintiliano [ n. 1 ] ​ y a Antonio de Nebrija , regía su propuesta ortográfica: «...eskrivamos pura i limpiamente, komo se pronunzia, konforme a la di[ch]a rregla, ke se á de eskrivir, komo se pronunzia, i pronunziar, komo se eskrive...»