Golpe de Estado en Túnez de 1987

Tras la independencia del país como Reino de Túnez, Burguiba monopolizó el poder político convirtiéndose en Primer ministro y, al año siguiente, en 1957, abolió la monarquía, convirtiéndose en Presidente de la República.

En 1981, Burguiba se declaró a favor del pluralismo político y legalizó los partidos opositores, aunque sin abandonar su título de Presidente vitalicio.

Sin embargo, la competencia electoral solamente hizo empeorar la lucha interna dentro del régimen.

La desconfianza hacia su Primer ministro, Rachid Sfar, lo llevaron a despedirlo el 2 de octubre y reemplazarlo con Ben Ali.

[13]​ En los primeros días de noviembre, ordenó que se volviera a enjuiciar a quince supuestos islamistas, y exigió que doce de ellos debían ser "colgados" la siguiente semana.

Las elecciones legislativas dieron una victoria absoluta a la RCD que obtuvo todos los escaños.

Ben Ali gobernaría el país hasta su derrocamiento en la revolución tunecina de 2011.

[21]​ En 1999, Fulvio Martini, exjefe del servicio secreto italiano, declaró ante un comité parlamentario que "Entre 1985 y 1987 se organizó una especie de golpe en Túnez, para poner a Ben Ali como Jefe de estado para reemplazar a Burguiba, el cual quería huir".