Golpe de Estado en Brasil de 1945
Aunque en el exterior el gobierno defendía la democracia, hubo un creciente descontento en casa cuando terminó la Segunda Guerra Mundial debido a las políticas autoritarias de Getúlio Vargas y su gobierno.[1] Los crecientes movimientos políticos y manifestaciones democráticas obligaron a Vargas a abolir la censura en 1945, liberar a numerosos prisioneros políticos y permitir la reforma de los partidos políticos, incluido el Partido Comunista Brasileño, que apoyó a Vargas después de la dirección directa de Moscú.[2][3] Los estudiantes universitarios comenzaron a movilizarse en 1943 contra Vargas, y las huelgas, que fueron prohibidas, comenzaron a resurgir gracias a la inflación de la guerra, e incluso el ministro de Relaciones Exteriores, Osvaldo Aranha, se mostró a favor de un giro democrático.[5] Vargas añadió la Ley Adicional a la constitución, que, entre otras cosas, preveía un período de 90 días durante el cual se designaría la hora y fecha para las elecciones.Además, Vargas promulgó su intención de no postularse para presidente.