En primer lugar, hay que insertar una tirita de prueba dentro del glucómetro.
Entonces el paciente se lava las manos con un jabón suave; la desinfección no es necesaria.
A continuación, el paciente acerca el dedo en la tirita de prueba del glucómetro de modo que garantice que la gota de sangre obtenida llene la ranura (por capilaridad) a un nivel suficiente para que el medidor pueda dar una lectura razonable.
El nivel de glucosa en sangre aparece en miligramos por decilitro o en milimoles por litro.
Por ejemplo, un paciente sano en ayunas normalmente suele tener unos 70-100 mg/dl (4-6 mmol/l),[1]y, con prediabetes, entre 101-125 mg/dl (5,6 a 7,0 mmol/l).