Las propias capas de hielo, al elevar el albedo, tienen un importante efecto en el enfriamiento del clima.
Actualmente, la Tierra se encuentra en un periodo interglacial, que marcó el comienzo del Holoceno.
Este interglacial empezó entre 10 000 y 15 000 años atrás, causando que las capas de hielo del último periodo glacial comenzaran a desaparecer.
[3][4] Durante los periodos glaciares, el actual sistema hidrológico quedó totalmente interrumpido en grandes áreas del mundo y considerablemente modificado en otras.
Debido al volumen de hielo en la tierra, el nivel del mar era unos 120 metros más bajo que en el presente.
Hasta ahora no se ha propuesto una teoría totalmente satisfactoria que explique la historia de las glaciaciones terrestres.
A lo largo de la mayor parte de la escala temporal geológica, el Polo Norte parece haber estado en un océano amplio y abierto que permitía que las principales corrientes marinas circularan sin trabas.
Las corrientes ecuatoriales entraron en las regiones polares, templándolas con agua proveniente de latitudes más cálidas.
Esta circulación sin restricciones produjo climas templados y uniformes que han persistido durante casi todo el tiempo geológico.
Los efectos más evidentes son los espectaculares paisajes montañosos que se forman con la erosión glacial y con las deposiciones.
Directa o indirectamente, los efectos de la glaciación se dejaron sentir en todas partes del mundo.
La glaciación cuaternaria creó más lagos que todos los demás procesos geológicos juntos.
La razón es que un glaciar continental perturba completamente la red de drenaje preglacial.
En su lugar, las corrientes de esas zonas fluyeron hacia depresiones cerradas y formaron lagos.
En las épocas interglaciales, de menos precipitación, estos lagos se redujeron hasta formar salares.
Los principales ajustes isostáticos de la litosfera durante la glaciación cuaternaria estuvieron causados por el peso del hielo, que provocó depresiones en los continentes.
En Canadá, una gran área alrededor de la bahía de Hudson se encontraba bajo el nivel del mar, al igual que la zona europea que rodea el mar Báltico.
Estos seísmos tienen la característica de no estar asociados a placas tectónicas.
La primera curvatura tras la desglaciación, denominada «elástica», fue rápida y se produjo mientras el hielo desaparecía.
Tras esta fase «elástica», la curvatura se produce por un «lento flujo viscoso», por lo que ha descendido el ritmo de forma exponencial.
[18] Los estudios sugieren que la curvatura seguirá aumentando al menos durante otros 10 000 años.
Este polvo se acumuló en forma de loess (cieno transportado por el viento), que forman capas irregulares sobre buena parte del valle del río Misuri, Europa central y el norte de China.
En todos los continentes, excepto Sudamérica, existen sedimentos glaciales aún más antiguos que corroboran la existencia de otros dos periodos de glaciación generalizada sucedidos durante el Precámbrico tardío, que habrían causado una glaciación global en el período Criogénico.
En la década de 1970 muchos paleoclimatólogos temían un enfriamiento global, y pensaban que la próxima glaciación podía estar aproximándose rápidamente, ya que los periodos interglaciales previos parecían haber durado unos 10 000 años.
El presente periodo de clima estable en el que los humanos han florecido, inventado la agricultura y por ende, la civilización, solo habría sido posible gracias a una era extremadamente rara de temperaturas estables.