Él mismo Ferlini comentó que ya había completado sus estudios en medicina en su ciudad natal, pero es algo dudoso.
Con una ciudad saqueada por Mehmet Alí anteriormente, un clima terrible y sin fondos en el hospital debió enfrentar a la malaria con lo que tenía.
En 1833, después de que se formara a un nuevo grupo de médicos y farmacéuticos para el ejército del Alto Egipto, Ferlini fue trasladado a Jartum, como médico del V Batallón.
En esta ciudad es donde empezará a ganarse la simpatía del gobernador de Sudán, Curschid.
Allí, unas 80 pirámides de diversas dimensiones habían sido descubiertas por Frédéric Cailliaud, quien además las describió y, parcialmente, las dibujó.
Las más pequeñas fueron inmediatamente demolidas por 550 trabajadores, pero allí tampoco hallaría nada de interés.
Ferlini y Stefanini quisieron ocultar el descubrimiento a los indígenas, temiendo la codicia local.
El primer informe publicado por Ferlini data de 1836 y da la composición exacta del tesoro que halló en Nubia: un largo collar con ojos esmaltados en oro, dieciséis escarabajos de oro sólido esmaltados, una vaca, dos chacales, cuatro leones, catorce cruces ansadas, dos tuercas de jaspe, diez pulseras grandes con complejas figuras aladas realizadas en oro, plata y bronce.