Se volvió cada vez más hacia el retrato femenino, pero también produjo paisajes, particularmente ingleses y africanos.
[3] Estuvo, por sus obras, dos veces en América, en Egipto, en Rodas, en Argelia, en Inglaterra y en Francia.
Este don fundamental suyo como pintor inmediato lo ha mantenido siempre alejado de teorías y desviaciones intelectualistas.
Su gran pintura, jugosa y granulosa, configura y define todo en planos y puntos: es de un realismo suelto e inmediato que se injerta, después de todo, con más solidez en la vieja corriente del impresionismo italiano tardío del Francesco Filippini que fue el verdadero maestro, padre del movimiento artístico filippinismo, pero que va de Tranquillo Cremona a Emilio Gola.
Las obras de Giuseppe Amisani se exhiben en varios museos, entre ellos: Ha participado en varias exposiciones en Londres, Nueva York, Milán, Roma, Venecia, Sao Paulo, Buenos Aires, Lima y El Cairo.