Durante la Segunda Guerra Mundial, la línea italiana había perdido una gran parte de su flota, incluyendo sus buques insignia, los transatlánticos Rex y Conte di Savoia.
La línea italiana necesitaba trasatlánticos nuevos para el servicio con América del Sur.
Se hizo un pedido a Cantieri Riuniti dell 'Adriatico para construir dos nuevos barcos transatlánticos 27 000 toneladas de registro bruto, para ser bautizados con los nombres Giulio Cesare y Augustus.
La construcción de ambos barcos de 27 000 toneladas cada uno marcó el inicio de una nueva era para la línea italiana y, además, otras grandes transatlánticos italianos se estaban construyendo, como el Andrea Doria y su gemelo, el Cristoforo Colombo, tanto TRB 29 000.
El Giulio Cesare fue construido por Cantieri Riuniti dell 'Adriatico, Monfalcone (Patio 1756), pero sus motores eran de Societa Anónima Fiat, Turín.
Estos motores fueron los mayores y más potentes jamás construidos, y se constató que causa vibraciones severas en su alojamiento de los pasajeros, sin embargo, produjeron 35.000 HP, proporcionando 23,3 nudos, lo que lo hizo popular.