Huérfano de padre desde los siete años, a los diecisiete marchó a Bolonia, donde su tío materno Uberto Gambara era gobernador, para estudiar en aquella universidad derecho canónico y civil, filosofía y arte militar.
Bajo la protección de su tío Uberto, que en 1539 había sido nombrado cardenal por el papa Paulo III, tomó el estado eclesiástico, marchó a Roma y entró al servicio del cardenal Alessandro Farnese.
Formaba parte del séquito papal cuando en 1541 se entrevistaron en Lucca Paulo III y el emperador Carlos V en el contexto de las guerras italianas, y también cuando dos años después ambos volvieron a encontrarse en Busseto.
Pío IV le creó cardenal diácono en el consistorio de 1561; promovido a cardenal presbítero, recibió el capelo y el título de San Giovanni a Porta Latina, que posteriormente cambiaría por los de San Stefano al Celio (1562), San Martino al Monte (1568), Santa Prisca (1570) y Santa Anastasia (1570).
Todavía en 1571 viajó como legado extraordinario a Ancona para fortificarla contra las amenazas de los turcos.