Trabajó fundamentalmente en el norte de Italia, en Milán y Lombardía, donde alcanzó gran reputación y fama, hasta el punto de influir en grandes maestros como Donato Bramante o Leonardo da Vinci.
En el interior de la capilla, Amadeo diseñó el monumento fúnebre a Bartolomeo Colleoni, una compleja estructura de mármol en la que se mezclan temas cristianos con detalles decorativos extraídos del repertorio grecorromano.
El sepulcro se corona con una estatua del Condottiero a caballo, cobijada en un arco de medio punto sostenido por finas columnas.
En el siglo XVI Amadeo diseñó la iglesia de Santa Maria di Canepanova y la basílica del Santísimo Salvadore en Pavía.
En el año 1982 se demostró documentalmente que el Santuario de Santa Maria alla Fontana de Milán, atribuido hasta entonces a Leonardo da Vinci, fue en realidad diseñado por Amadeo.
Murió en Milán en 1522; el epitafio de su sepultura dice "1522 die XXVIII aug.