Gilean

Así, el Sumo Dios buscó por todo Krynn un mortal de confianza, escrutó en las profundidades del tiempo.

Y sólo halló un alma de confianza: Gilean, un escriba tan escrupuloso que nunca había escrito un error.

Pero guarda este conocimiento de todos los dioses y mortales, porque el día que otro lo lea, tú deberás morir".

Pero incluso algunos pasajes se hallan sellados a sus ojos, y sólo pueden ser leídos por el Sumo Dios.

Aunque al parecer absorto en sí mismo, Gilean comprueba astutamente las ideas preconcebidas de la gente con la que se encuentra.

Aquellos que aprenden algo de esas comprobaciones ganan un poco del conocimiento secreto o una respuesta a una cuestión turbadora.

Si se siente complacido con la tesis, Gilean la distribuye mágicamente a las bibliotecas de todos sus templos en Ansalón.

Un mes cada año, un sacerdote de Gilean debe servir al público como historiador, consejero, juez o árbitro.