Su biografía está constantemente marcada por desgracias, desde su nacimiento hasta su muerte.
No tenía características físicas muy favorables, poseía una malformación de una de sus manos y una enfermedad crónica originada por una subnutrición, que perjudicaba su visión y movimientos faciales.
Debido a su físico no se encontró casamiento para ella.
Ninguno la acompañaba, pues su padre tenía vergüenza de ella.
En aquella época en Francia dentro del contexto de las guerras de religión entre católicos y calvinistas, una trágica crisis dividía a la aristocracia en dos partes.