Entre los años 200 y 500 en la Europa occidental germánica se habría hablado un conjunto de variedades dialectales conocidas colectivamente proto-germánico occidental, que habrían tenido un alto grado de inteligibilidad mutua y cuya diversificación habría dado lugar a las lenguas germánicas occidentales.
Los germanos ya se habían asentado a las orillas del Rin y del Danubio y se habían dividido en tres grandes grupos compuestos por diferentes tribus.
Más adelante se daría nombre a estos grupos: francos, sajones y suevos, pero los historiadores romanos los denominan istveones, ingueones y (h)erminones.
Maurer propuso una división de las lenguas germánicas en cinco subgrupos.
El germánico occidental estaría integrado por tres de estos subgrupos: Una característica común a todo el germánico occidental antiguo habría sido la confusión tanto en el singular como el plural de las formas de nominativo y acusativo, que en las otras dos ramas de la subfamilia germánica tenían formas diferenciadas.