Según Gigerenzer, las decisiones intuitivas son en sí mismas una estrategia racional, porque es relativamente exitosa.
Una solución intuitiva no debe confundirse con inspiración ocasional o ingenuidad: las soluciones intuitivas son especialmente buenas si se basan en un conocimiento especial: Gigerenzer describe el caso cuando los historiadores del arte estaban preocupados por comprar un torso en el Museo de Getty.
La temporada ya terminó, Gigerenzer despersonalizó al equipo y les dio a los estudiantes solo dos consejos para cada juego: la cantidad de juegos ganados por los dos equipos en la temporada y el tanteo después del primer time.
El análisis posterior reveló un enfoque intuitivo en la mayoría de los estudiantes.
Esta escucha secuencial de los criterios en un cierto orden se llama “Toma lo mejor” y siga el llamado árbol de decisiones: tome el mejor criterio y decida: si no hay mucha diferencia, tome el segundo criterio y así sucesivamente.
Sin embargo, Gigerenzer consideró su investigación como una oportunidad para revaluar la estrategia de obtener mejores resultados, porque fue exitosa y requirió recursos cognitivos mucho menos que el cálculo preciso de las probabilidades.
Según Gigerenzer, este enfoque contradice el ideal extendido, pero falso del maximalista: "Más información siempre es mejor.
Gigerenzer sugiere que las decisiones parcialmente desinformadas se basan en reglas empíricas inconscientes, en este caso: una ciudad conocida es probablemente más y esto a menudo conduce al éxito.