Era hijo de Benedicta y Domingo Mayela, un sastre que murió cuando Gerardo tenía doce años, dejando a la familia en la pobreza.Gerardo tiene solamente doce años cuando al morir su padre Domingo Mayela, se convierte en el único soporte de la familia.Quiere servir totalmente a Dios y pide ser admitido por los Frailes Capuchinos, pero su petición es denegada.Pide ser admitido como miembro del grupo, pero el Superior lo rechaza a causa de su salud enfermiza.Entre sus obras está la de alentar y ayudar a las chicas que quieren entrar en el convento.Ante su silencio, S. Alfonso no puede hacer otra cosa que imponer una severa penitencia al joven religioso.Poco tiempo después, la chica enferma gravemente y escribe una carta a S. Alfonso confesando que sus acusaciones contra Gerardo eran falsas.San Alfonso se siente lleno de felicidad al saber que su hijo era inocente.Pocos santos son recordados por tantos milagros como los que se le atribuyen a S. Gerardo.Muchas veces Gerardo devela a la gente sus pecados ocultos, haciendo que se arrepientan y hagan penitencia tras recibir el perdón.En otra ocasión, una madre pide las oraciones de Gerardo porque está en peligro junto al niño que lleva en su seno.