Consistía en personas que querían comprometerse con el regreso de democracia en Surinam.
Los militares vieron a Leckie como el instigador de las protestas estudiantiles.
El 13 de diciembre, fue enterrado en el cementerio católico de Paramaribo, junto a otra víctima, Jozef Slagveer.
Según relatos de testigos presenciales, tenía hematomas en la cara y un agujero de bala en el pecho.
Cuando se abrieron las tumbas de las víctimas para una investigación forense en 2002, la tumba de Leckie fue la primera en ser abierta.