En forma externa se ocupa el cocimiento de toda la planta para dar baños contra el salpullido.
En el siglo XVI, el Códice Florentino refiere que la planta, untada y molida cura el paño o manchas de la cara.
A inicios del siglo XX, la Sociedad Farmacéutica de México la señala como catártico y emoliente.
Finalmente, Luis Cabrera de Córdoba la prescribe para: amigdalitis, antidisentérico, enteritis, enterocolitis, estomatitis, gastroenteritis, gingivitis y para heridas.
[1] Geranium mexicanum fue descrita por Carl Sigismund Kunth y publicado en Nova Genera et Species Plantarum (quarto ed.)