En 1889 se instaló de nuevo en París, donde se adentró en el ambiente simbolista y trabajó como ilustrador de Le Courrier français y Le Figaro Illustré.
Fue amigo de los compositores Claude Debussy, Maurice Ravel y Erik Satie.
Su estilo era muy decorativista y se dedicó preferentemente a la elaboración de carteles teatrales.
En 1900 realizó la fachada y decoración interior del Pavillon de l'Art Nouveau para la Exposición Universal de París.
En los años 1920 su estilo evolucionó hacia el art déco.