No obstante, logró escapar y comenzó de nuevo la lucha contra la Revolución.
Se negó a llegar a cualquier entendimiento con el gobierno, incluso negó el ofrecimiento de Napoleón Bonaparte, quien admiraba sus habilidades y su obstinada energía [cita requerida].
Desde 1800 fue imposible para Cadoudal continuar librando una guerra abierta, por lo que centró sus esfuerzos en conspiraciones [cita requerida].
Fue indirectamente envuelto en el complot planeado por Saint-Pierre, cuyo objetivo fue atentar contra la vida del Primer Cónsul, y huyó a Inglaterra de nuevo.
Fue esta la última novela del escritor francés y se publicó, a manera de folletín, en 1869.