Aunque en un inicio su vocación religiosa le hizo incorporarse a la Universidad Jesuita de Portland, dos años más tarde, movido por su interés en las antiguas culturas y poblaciones, abandonó los estudios oficiales para interesarse en el folklore, la arqueología, la mitología, la religión y la etnografía de los pueblos americanos.
Encontrándose allí, terminó por establecerse y estudiar con Eulogio Garrido, por entonces director del Museo Arqueológico Nacional en la Universidad de Trujillo.
Fue entonces cuando conoció, entre otros, a Hans Horkheimer, Luis Valcarcel y al suizo Henry Reichlen.
En la década de 1960, realizó sus más importantes descubrimientos en distintas expediciones en la selva peruana, los Andes y el Amazonas: Vilcabamba, último reducto Inca frente a los conquistadores españoles y Gran Pajaten, lo que para él demostraba su teoría de que el origen de las culturas andinas se encontraba en las zonas selváticas (teorías similares y mejor fundamentadas han sido formuladas por otros varias veces, como Julio César Tello, Donald Lathrap o Federico Kauffmann).
Además de las expediciones, desarrolló una intensa labor divulgativa, con multitud de libros, artículos y ensayos, así como documentales para la televisión, trabajando con las más importantes y prestigiosas productoras como BBC o National Geographic Society.