Su muerte en circunstancias sospechosas en 1937 permitió a su rival Horloogiyn Choybalsan consolidar su poder y posteriormente poner en marcha el Gran Terror durante el cual murieron entre 30 000 y 35 000 mongoles.
Su muerte, a la edad de 37 años, se atribuyó oficialmente a una intoxicación alimentaria, pero el momento y las circunstancias siguen siendo sospechosas.
Unos días después, el propio Demid fue declarado póstumamente jefe de una organización contrarrevolucionaria y espía japonés.
La viuda de Demid, Navch, sus dos hermanos y su padre fueron arrestados.
[1] A finales de agosto, Stalin había ordenado el estacionamiento de 30 000 soldados del Ejército Rojo en Mongolia para contrarrestar los movimientos militares japoneses en Manchuria y envió al comisario adjunto del NKVD soviético Mijaíl Frinovski a Ulán Bator para lanzar purgas violentas y radicales contra el clero budista, la intelectualidad, los disidentes políticos, buriatos y Jázaros étnicos, y otros «enemigos de la revolución», similares a las purgas que había gestionado con tanta eficacia en la Unión Soviética bajo el mando del jefe de la NKVD, Nikolái Yezhov.