En una batalla decisiva al día siguiente, los romanos mataron alrededor de 12 000 hombres.
Cuando estalló la guerra civil entre César y Pompeyo el Grande, Rébilo se puso del lado de su antiguo comandante y marchó junto a él a Italia.
En 46 a. C. volvió a África junto con César y sirvió en la batalla de Tapso.
Al año siguiente (45 a. C.) acompañó a César a Hispania para luchar contra el último reducto de republicanos, que fueron derrotados finalmente en la batalla de Munda.
En dicha ocasión se comenta que había perecido en un naufragio.