Gavilla

[1]​ El término se aplica en particular al trigo, cebada y otros cereales que después de segado reunía el conjunto cortado en gavillas.

Poco a poco se fueron mecanizando estas tareas, que culminaron con la atadora, una máquina que ataba automáticamente la mies formando gavillas, fabricada a partir de la década de 1880.

Manualmente se seguía juntando las gavillas para apilarlas.

Para engavillar manualmente se requerían alrededor de 10 horas-hombre por hectárea.

[2]​ No era una tarea pesada, por lo que a la par de los hombres también trabajaban mujeres.

La cosecha, óleo de Pieter Brueghel el Viejo de 1565, muestra en primer plano segadores segando trigo y en segundo plano mujeres y hombres engavillando la mies suelta y gavillas apiladas.
Gavillas de trigo apiladas en Inglaterra para su secado.