Gaspar Ruiz de Pereda

Además, el convento era un hospicio de los religiosos que viajaban a las Américas.

La población habanera, que crecía rápidamente, se distribuía mejor entre las iglesias para oír misa y obtener los sacramentos “más cómodamente”, ya que ahora también tenían al Convento de Nuestra Señora de Candelaria.

[3]​ Por otra parte, también en este año (1610), El Pereda legisló otras normas como fue la nueva ley para castigar a todos los cimarrones que fueran capturados: Cortarles las orejas y nariz.

Juan de las Cabezas, a Guatemala, fue elegido para que ocupara su lugar el Fr.

Agustín Chaves, era primo hermano del anterior obispo que ejercía en Cuba, y se quejó de Chávez, debido a sus escándalos, enviándolo de regreso a México.

Los soldados cercaron la casa de Armendáriz, quien solo aceptó suspender la excomunión después de haber ofrecido una gran resistencia y haber dado “muchos altercados”[6]​ (sin embargo, parece que el obispo sevillando excomulgó al gobernador dos veces[7]​).