[6] Desde muy joven mostró buenas aptitudes académicas y asistió al collège (primer ciclo de secundaria) en Digne, donde destacó en matemáticas e idiomas.
Tomando al igual que Descartes el escepticismo como método, con este libro trató de adelantarse a otras publicaciones no autorizadas sobre su pensamiento.
[4][6] En este viaje publicó, instigado por Mersenne, su obra Examen de la filosofía del doctor Robert Fludd.
Dedicó varios años a la investigación y la escritura hasta que en 1645, bajo la influencia del cardenal Alphonse Richelieu[nota 3] logró un nombramiento como catedrático en matemáticas en el Collège Royal.
Estuvo en el puesto hasta 1648, cuando tuvo que dejarlo por problemas de salud y volvió a Digne.
[13] Pierre Gassendi escribía en latín y practicó, aunque sin mucho talento, el griego.
Entre estos últimos se encontraban autores como Michel de Montaigne o Pierre Charron.
[16] Siguió como lema personal la frase acuñada por Horacio y que más tarde divulgaría Kant: sapere aude.
[20] Además, en 1631 hizo la primera observación conocida del tránsito de Mercurio según lo predicho por Kepler en 1627 en sus Tablas rudolfinas.
[23][24] También se interesó por otros campos de las ciencias naturales como la Geología, la Mineralogía o la Geografía, intereses que lo hicieron pensar en emprender una expedición al Oriente que, sin embargo, no llegó a concretar.
[6] En su primer libro, las Disertaciones en forma de paradojas contra los aristotélicos (1624),[nota 6] señaló que el pensamiento presentado por los pensadores escolásticos se alejaba bastante del eudemonismo que originalmente defendía Aristóteles en su Ética a Nicómaco.
Pues aun teniendo ideas claras y distintas provenientes de los sentidos, estas podrían no ser suficiente para sostener una afirmación empírica justificada.
Por ejemplo, distintas personas podrían llegar a diferentes ideas claras y distintas sobre el color del cielo, por lo que de estas ideas no podríamos inferir de qué color es el cielo.
[32] En segundo lugar, le reprocha a Descartes haber utilizado el escepticismo en su primera meditación para intentar construir un sistema metafísico inamovible.
Así, este escepticismo metodológico sería un pretexto para confirmar creencias preconcebidas, en lugar de constituir una auténtica investigación filosófica.
Esto situaría la filosofía cartesiana dentro del dogmatismo, al aceptar que es posible acceder a la verdad misma de las cosas.
[26] Mediante el epicureísmo, esperaba ofrecer alternativas tanto al cartesianismo como a la escolástica aristotélica.
A diferencia de este, Gassendi no propuso la suspensión del juicio ni abrazó un relativismo generalizado.
[26] Gassendi expuso su teoría sobre los átomos principalmente en el libro III de sus Syntagma philosophiae.
[2] Los átomos se mueven por su propia naturaleza y además son la única causa eficiente del mundo natural.
Muestra cómo los defectos atribuidos al samio no corresponden con una persona de su talante.
Sin embargo, en esta defensa también le agrega otras posturas que Epicuro nunca defendió.
Entre estas, que pueden responder a una exposición de las tesis del sacerdote francés, se encuentran ciertas posturas políticas cercanas al consecuencialismo y el utilitarismo.
[37] Siguiendo la idea sugerida por Friedrich Nietzsche en Ecce homo sobre la manera en que Pascal, «asesinado con lentitud», es «la más instructiva víctima del cristianismo»,[41] Onfray sostiene que Gassendi olvidó la cuestión esencial, es decir, «superar el cristianismo [···] en beneficio de una religión regenerada por la filosofía».