García de Valdés y Osorio
Ya en 1630 se había vuelto indispensable por sus buenos oficios, que permitieron duplicar la recaudación de alcabalas.En 1638, al morir su tío el obispo, quedó por testamentario suyo y heredó parte de su caudal.También por entonces sucedió en la casa paterna por haber muerto sin descendencia su hermano Juan de Llano y Valdés.Poco después regresó a España para tomar posesión de su mayorazgo en Asturias y despachar asuntos particulares en la corte.Durante estos periodos, a veces prolongados, los gobiernos de Indias eran desempeñados interinamente por oficiales que designaban los virreyes.Esto provocó gran malestar entre los encomenderos que eran quienes se beneficiaban principalmente de la escasez alimentaria reinante.También puso empeño diligente en mejorar la administración del erario público que a la sazón estaba bastante desorganizada.Hizo crecer así mismo la fuerza naval de Campeche, mandando construir varias embarcaciones que pudieran servir para la defensa del puerto y para acrecentar el comercio con el exterior.Tuvo serias dificultades por el hecho de prohibir el tráfico comercial con los indígenas, estableciendo además agentes suyos para que suministrasen lo que aquellos requerían, todo a nombre del gobernador.Esto es, hizo en su beneficio, al menos aparentemente, lo que a otros prohibió hacer.No llegaron a mayor acuerdo en tal junta, con la salvedad de emitirse una nueva prohibición para los indígenas de vender sus excedentes agrícolas, lo que hizo que el malestar colectivo creciese aún más.Los biógrafos oficiales y las versiones que llegaron a la metrópoli respecto de la prematura e inesperada muerte fue que esta ocurrió de enfermedad, culpándose a la fiebre amarilla.La tradición oral asegura que fue una señora quien perpetró la fechoría al introducirse en los aposentos del gobernante con el pretexto de solicitar audiencia.Entre otras dotaciones y mandas, fundaba una importante obra pía sobre las rentas del dicho ingenio.