[1] En el libro de 1996 Living High and Letting Die, el filósofo Peter Unger escribió que era moralmente loable y quizá incluso moralmente necesario que las personas del mundo académico que pudieran ganar sueldos sustancialmente mayores en el mundo empresarial abandonaran el mundo académico, ganaran esos sueldos mayores y donaran la mayor parte del dinero extra a obras benéficas.
[7] En un principio, la organización recomendaba ganar para donar como una carrera con un alto potencial de impacto para los altruistas eficaces,[8][9] aunque más recientemente ha restado importancia a este enfoque, en favor de vías alternativas como la investigación, la defensa o la reforma política.
[15] Del mismo modo, John Humphrys criticó esta idea en el programa Today de la BBC, afirmando que las personas interesadas en enriquecerse tienden a ser egoístas y que los jóvenes idealistas se volverán cínicos con la edad.
[15] Peter Singer respondió a estas críticas en su libro The Most Good You Can Do dando ejemplos de personas que llevan años ganando para donar sin perder su motivación altruista.
[17] William MacAskill también defendió esta práctica frente a las críticas de Brooks en The Washington Post, argumentando que incluso Friedrich Engels ganaba para dar para apoyar económicamente el trabajo del anticapitalista Karl Marx.
[18] Otra preocupación fue planteada en la Oxford Left Review por Pete Mills, quien escribió que las carreras lucrativas perpetúan un sistema injusto.
Según Singer, desde un punto de vista consecuencialista, uno debe considerar en primer lugar si su papel marcará la diferencia.