El Galil es la patente en armas más desarrollada que ha tenido la industria militar colombiana.
Asimismo, el diseño tuvo en cuenta los logros de otros modelos contemporáneos, por ejemplo, del FN FAL belga tomó la culata plegable y la bayoneta.
Con el escalamiento del conflicto colombiano y las restricciones a las ventas de armas y repuestos desde países fabricantes, el gobierno se vio en la necesidad de encontrar un proveedor que satisficiera no solamente las demandas del conflicto, sino que además garantizara el continuo suministro de material nuevo, repuestos, pero más importante, la transferencia de tecnología.
[5] Sin embargo, siempre fue un deseo de la Inspección General del ejército colombiano el poder contar con un arma que adaptara muchas de las experiencias adquiridas en combate y capaz de ajustarse a las características propias del infante colombiano.
Los estudios en este sentido demostraron que las mejores opciones para ello eran el fusil Galil y la carabina Colt M4.