[2] En su tierra natal desarrolló la mayor parte de su actividad como magistrado, primero como fiscal adjunto y luego como fiscal general, dando siempre claras manifestaciones de alta preparación profesional, independencia y equilibrio.
Desde los años sesenta, como lo demuestra su deposición en la primera Comisión Antimafia, intuía que la mafia había sufrido una mutación radical y que se había anidado en los ganglios vitales de la administración pública, comprobando los contratos, contratación y gestión en general.
Los autores materiales pudieron ser dos, dudándose en las pesquisas posteriores si huyeron en motocicleta o en un Autobianchi A11 que fue encontrado calcinado horas después.
[2] Un suplente escribió sobre él, que era un hombre "cuya única muerte se podía comprar".
Su asesinato fue ordenado por el clan mafioso de Salvatore Inzerillo.