Se le otorgó estatutos de conformidad con el plan de urbanización del conde Roger, plan cuyo trazado aún existe.
Hoy en día, es el nudo del transporte público de la zona.
Posee una catedral de aspecto post-renacentista que rompe el característico patrón barroco imperante en casi toda la isla.
En su interior se encuentran los frescos de Guglielmo Borremans.
Ha sido una ciudad muy golpeada por la pobreza, en especial la parte oeste.