[1][2][3][4] Desde pequeño, Gabriel siente un especial afecto por los instrumentos de percusión.
Cuando participa en los boy-scouts, se encarga de los redobles y de marcar el ritmo con la caja, instrumento musical con el que se vuelve a encontrar con posterioridad en álbumes como El Volantín y La Ventana.
Pasado el pueblo de Palpa, 380 kilómetros al sur de Lima, el automóvil chocó con un monolito justo en un ángulo conocido entre los locales como curva del diablo.
[1][3][4] Instrumentalmente, Parra es conocido por la enorme batería Ludwig Octaplus que usó durante la década de 1980.
[1] Adicionalmente, Parra era capaz de tocar la tarka, la trompeta y el charango.