Hubo una reina visigoda arriana en España, muerta el 589, de nombre: 'Goswintha', o: 'Gosvinda', idéntico en etimología y semántica, algunos lo interpetan como: 'El camino de las vacas'.La leyenda de cómo Krisna adquirió el nombre de Góvinda, se describe en detalle en el Visnú-purana (c. siglo IV d. C.): el dios de la lluvia Indra, enojado por la soberbia del niño Krisna y sin saber que era el dios de los dioses, envío una tormenta arrasadora para destruir a Krisna y a los habitantes y las vacas de su pueblo (Vrindavan).Indra se dio cuenta de su error, se prosternó ante Krisna y le otorgó este título.Según Klaus Klostermaier, al culto original de Vasudeva (Krisna como avatara del dios Visnú, que puede remontarse a varios siglos antes de nuestra era) se fueron agregando la adoración a Gópala (Krisna como pastorcito de vacas), luego la adoración a Bala Krisna (el Niño Dios) y finalmente la adoración a Gopi-yana-válabha (Krisna adolescente, como ‘amante del grupo de las gopis’), que sería la última etapa ―la del Bhágavat-purana, ya en el siglo XI d. C.― en el proceso histórico que resultó en el krisnaísmo contemporáneo.[2] En el siglo VIII, el filósofo Shankará escribió una famosa oración llamada Bhaya Govindam (bhaya govindam, bhaya govindam, bhaya govindam, mudha mate: ‘adora a Góvinda, adora a Góvinda, adora a Góvinda, tonta mente’) que explica que si una persona rinde culto a Góvinda puede fácilmente cruzar el océano del nacimiento y la muerte.