[3] Aunque existen monedas[4] y billetes fabricados por particulares y empresas, normalmente para poder comerciar con bitcoines se utilizan programas cliente,[nota 2] que pueden ser aplicaciones nativas o aplicaciones web.
[nota 3] También pueden ejecutarse automáticamente cuando el usuario clica en un navegador web sobre un enlace que cumple con el formato del URI scheme de bitcoin según la especificación registrada en IANA.
[7] Bitcoin Core es el único programa que implementa totalmente el protocolo, protegiendo la red, y se considera la referencia en la que se apoyan el resto de clientes existentes.
Bitcoin Core necesita descargar completamente la cadena de bloques y almacenarla localmente, que a diciembre de 2018 ocupa aproximadamente 200 GB,[8] lo que puede llegar a tardar varios días.
Su uso solo se recomienda para usuarios avanzados que deseen aportar a la estabilidad de la red.
Las aplicaciones web solo necesitan de un navegador, y por tanto están accesibles desde todas las plataformas, ya sean de escritorio (Windows, Linux, Mac OS X) o móviles (Android, iPhone, BlackBerry, tabletas, etc).
Algunas aplicaciones web proporcionan seguridad adicional en el acceso a los bitcoines mediante la utilización de autenticación de dos factores con mensajes SMS, correo electrónico, dispositivos específicos y Google Authenticator.
A partir de la clave pública, se obtiene la dirección Bitcoin, que funciona como la entidad remitente y receptora para todos los pagos.
Utilizan una codificación en Base58, que resulta de eliminar los siguientes seis caracteres del sistema Base64: 0 (cero), I (i mayúscula), O (o mayúscula), l (L minúscula), + (más) y / (barra).
Una UTXO solo puede ser gastada por un dueño específico (el que posee la clave privada), está almacenada en la cadena de bloques y es reconocida por toda la red.
Con esta lista ya no es necesario recorrer nuevamente la cadena de bloques, basta con verificar si la transacción de salida que se quiere usar está en la caché .
Esta es colocada por el minero ganador y crea una nueva moneda que se entrega como recompensa por el minado.