Función apelativa

Sus recursos lingüísticos son los vocativos, modo imperativo, oraciones interrogativas, utilización deliberada de elementos afectivos, adjetivos valorativos, términos connotativos y toda la serie de recursos retóricos.

Se da en lenguaje coloquial, es dominante en la publicidad y propaganda política e ideológica en general.

Mediante el uso de esta función se pretende causar una reacción en el receptor, es decir, con esta función se pretende que haga o que deje de hacer algo.

Estas intenciones comunicativas, pueden llevar a cabo mediante actos de habla que se formulan mediante ciertos tiempos y modos verbales, a través de los cuales el que habla manifiesta su voluntad al receptor, ya sea imponiéndole una orden, haciéndole llegar un ruego o transmitiéndole un deseo.

Las formar performativas explícitas como ordenar, mandar, exigir, prohibir pueden resultar en determinados contextos muy agresivos para el interlocutor por lo que se reemplazan por formas atenuadas teniendo en cuenta que cada acto locutivo está en función de un objetivo o finalidad.