Aunque Fukuzawa de hecho viajó a Nagasaki, su estadía fue corta, pues descubrió que los eruditos neerlandeses ahí establecidos trabajaban con información anticuada.
Cuando llegó, se dio cuenta de que casi todos los mercaderes europeos ahí presentes hablaban inglés y no neerlandés.
El Shogunato Tokugawa decidió enviar emisarios estatales del shōgun a los Estados Unidos, y Fukuzawa se ofreció como voluntario al Almirante Kimura Yoshitake.
Se dedicó a recopilar información durante aquellos viajes, que más tarde usó para redactar su famosa obra Seiyo Jijo (Condiciones en Occidente), publicada en diez volúmenes entre 1867 y 1870.
En poco tiempo, Fukuzawa fue considerado un preeminente experto sobre todas las cosas occidentales, y en vista de eso Fukuzawa decidió que su misión en la vida era enseñar a sus compatriotas nuevas formas de pensar, que a su vez, fortalecerían al Japón y le permitirían resistir la amenaza del imperialismo europeo.
Así, por ejemplo, China era relativamente civilizada en comparación con algunas colonias africanas, mientras que las naciones europeas eran las más avanzadas, pero en ese entonces.
Fue criticado tiempo después por apoyar el imperialismo japonés, fundamentalmente por su actitud favorable hacia la Primera Guerra Sino-japonesa y por su ensayo Datsu-A Ron, publicado en 1885.
Su antigua residencia ubicada en Nakatsu, en la Prefectura de Oita, fue designada como patrimonio nacional, y es en la actualidad una atracción turística.