Fuente del León

La fuente del León es un monumento centenario situado en la plaza central de la villa, bautizada con el mismo nombre que el brollador.

La particularidad de que salga caliente y traiga tantos minerales hace que el agua sea útil para muchas tareas de la vida cotidiana, como por ejemplo fregar los platos, poner las legumbres a remojo, cocinar o bien lavar la ropa.

Este hecho fue decisivo porque el Ayuntamiento se planteara construir una nueva estructura del brollador, para poder cerrar las balsas y trasladar los remulls al lavadero público de La Portalera.

Así, en 1926, el Ayuntamiento decidió remodelar la fuente y encargó el proyecto al arquitecto Manuel Raspall.

Después de una solemne inauguración del monumento, hubo un banquete popular a can Llobet para obsequiar con una buena comida todos los asistentes al acto.

Además, el Ayuntamiento pidió explícitamente a la población que se vistiera con sus mejores galas porque la villa fuera digna de ser visitada por aquellas autoridades.

El agua de la Fuente del León sale a una temperatura de unos 74 °C