Se eligió para su colocación un espacio cercano al camino que conducía a Asturias, un lugar apacible, con árboles y vegetación donde los viajeros pudieran hacer un alto y descansar hasta emprender de nuevo el viaje.
No eran especialmente artísticas pero ofrecían leyendas que informaban sobre los autores y promotores.
[1] No se ha encontrado hasta el momento ningún documento que acredite su datación exacta aunque con las investigaciones realizadas y teniendo en cuenta el material empleado, las inscripciones, etc., los estudiosos llegan a la conclusión de que su fecha de construcción fue a finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX.
Nunca se pretendió que fuera una fuente monumental sino una fuente funcional con los adornos y buen gusto que por aquellos años ofrecían las teorías ilustradas sobre la importancia pública del agua.
[a] La fuente está colocada en el centro de un pilón rectangular.