Fue inaugurada en 1984, obra del artista Luis Sanguino, siendo el monumento central de la Macroplaza.
La fuente tiene una gran escultura del dios Neptuno a bordo de un carruaje jalado por mitológicos caballos marinos, está acompañada por un conjunto de 5 figuras femeninas que representan a unas ninfas en diferentes posiciones recibiendo el agua con gran emoción: Unas la beben, otras tocan instrumentos entre el sonido y la frescura del agua y otras llevan guirnaldas con frutas.
La figura frontal es una diosa que está coronando por su triunfo en la batalla del agua a un León, símbolo de este Estado.
A la escultura central también la acompañan otras esculturas, como la del niño que sostiene un pez o la de otro niño con un cuerno de la abundancia.
Esta fuente simboliza la lucha del pueblo de Nuevo León por asegurarse el abastecimiento del agua metropolitana, que tras grandes esfuerzos conseguirían mediante la necesaria canalización de tuberías.
En ellas está plasmada la actitud de agradecimiento y emoción.
Alrededor de la fuente hay un jardín, complementado con bancos y caminos.