La frustración sexual es una sensación de insatisfacción derivada de una discrepancia entre la actividad sexual deseada y la lograda por una persona.
Puede ser el resultado de barreras físicas, mentales, emocionales, sociales y religiosas o espirituales.
También puede derivar de no estar satisfecho durante las relaciones sexuales, lo que puede deberse a problemas como anorgasmia, anafrodisia, eyaculación precoz, eyaculación retardada,[1] disfunción eréctil,[2] o una incompatibilidad o discrepancia (o sentimiento propio de discrepancia) en la libido.
[3] También puede relacionarse con una frustración existencial más amplia.
[4] Los métodos históricos para lidiar con la frustración sexual han incluido el ayuno y la toma de supresores de la libido como anafrodisíacos (suplementos alimenticios)[5] o antiafrodisíacos (complementos medicinales).