Fritz Sauckel

[3]​ Bajo este cargo político jugó un importante papel durante la Segunda Guerra Mundial.96–97) Al final de la contienda se entregó a las autoridades aliadas.[6]​ Nacido en Baja Franconia,[2]​ fue hijo único (Raßloff, 2008, p. 119) de un cartero y una costurera.[4]​ Abandonó el Gymnasium no con el bachillerato, sino con la mittlere Reife, (Raßloff, 2008, p. 17) con la cual no podía estudiar, coincidiendo con la enfermedad de su madre.En 1909 se enroló en la marina mercante,[4]​ convirtiéndose en marinero y abandonando la casa de sus padres con apenas quince años.(Raßloff, 2008, p. 19) Más tarde fue obrero de fábrica durante varios años.(Raßloff, 2008, p. 30) Ya desde el principio de sus actividades políticas Fritz Sauckel tenía una visión profundamente antisemita del mundo.También creía en razas humanas y que una mezcla de ellas era contranatural.(Raßloff, 2008, p. 27) En 1922 y el año siguiente estudió en una Escuela Superior de Ingenieros en Ilmenau, Turingia, pero no consiguió graduarse.[4]​ En 1924 y 1925 publicó un periódico nacionalsocialista, el primero en Turingia, llamado «Deutscher Aar».(Raßloff, 2008, p. 60) Su ministro de Hacienda, Willy Marschler, dijo que la tarea del Gobierno de Turingia era solamente llevar a Turingia al Tercer Reich, planeado por Adolf Hitler.Pudo disolver el Parlamento de Turingia y nombrar a los miembros del Gobierno y a los funcionarios del Estado de Turingia.(Raßloff, 2008, p. 66) Aseguró que los puestos directivos en el Estado, la economía y la sociedad de Turingia eran cubiertos con nacionalsocialistas y miembros de la élite burguesa conservadora.Ya en 1932 introdujo varias medidas para discriminarlos y llamó a boicotear negocios judíos.88–89) Como Gauleiter, Fritz Sauckel supo que se asesinaron a pacientes psiquiátricos.Sauckel lo aprobó – ya en 1938 había abogado por el asesinato de minusválidos y enfermos mentales en un discurso.(Raßloff, 2008, p. 94) Sauckel organizó con ese motivo las deportaciones de casi seis millones de trabajadores forzados desde los países ocupados hacia Alemania, que tenían que trabajar en condiciones inhumanas.(Raßloff, 2008, p. 98) Los trabajadores forzados tenían que trabajar hasta dieciocho horas diarias y por lo general sin suficiente comida, ropa y atención médica.(Raßloff, 2008, p. 109) El defendió la Arbeitseinsatz como "nada que ver con la explotación.Pero documentos presentados como evidencia mostraron que él fue un cómplice en la explotación laboral.Su imagen contraria a la de Speer, mientras Servatius se yuxtaponía contra Sauckel como un genio técnico y un administrador emprendedor.(Raßloff, 2008, p. 117) Su cuerpo fue incinerado en el crematorio muniqués de Ostfriedhof.