Fritz Menzer

Sin embargo, muy probablemente estuvo al menos involucrado en el diseño de las máquinas y se le encomendó su revisión técnica.

Más tarde, en 1942, Canaris encargó a Menzer que realizara controles de seguridad en sus propios procedimientos criptográficos.

[5]​ Justo antes de que el ejército estadounidense llegara a su ubicación a unos 40 km al sur de Salzburgo, quemaron sus documentos o los arrojaron al río Salzach.

Menzer fue puesto en libertad y regresó a Zschopau el 12 de septiembre, siendo arrestado el 20 de septiembre por los rusos soviéticos, y encarcelado e interrogado en Dresde sobre sus contactos con los estadounidenses.

Las máquinas de Fritz Menzer fueron diseñadas para hacer impredecibles tales movimientos.

Otto Buggisch no conocía el ciclo del movimiento de las ruedas ni los detalles de la construcción mediante los cuales actuaban para variar el movimiento cuando se giraba la manivela.

[8]​ Se proporcionó seguridad adicional utilizando solo 36 tiras a la vez, dejando aproximadamente 4 ranuras en blanco.

Las pruebas preliminares realizadas por el Dr. Doering y Otto Buggisch otorgaron a la máquina una alta calificación de seguridad.

Sin embargo, era tan voluminosa como el dispositivo de cifrado Enigma, y no podía imprimir las letras, que era entonces la principal mejora deseada.

Por estas razones, el sistema fue rechazado y solo se construyó un modelo de laboratorio.

El dispositivo tenía seis ruedas de pasador que eran mutuamente primarias.

La sexta rueda hacía que estos pasos fueran positivos y negativos.

Durante la guerra hubo escasez de aluminio y magnesio, lo que provocó que la máquina pesara entre 12 y 15 kilogramos, demasiado pesada para su uso en el campo de batalla.

La eliminación del teclado habría hecho que la máquina fuera más liviana, pero el diseño de las ruedas de impresión impedía que se usaran directamente para el cifrado.

La producción se detuvo porque nadie sabía qué decisión tomar.

Los alfabetos se podían cambiar tantas veces como fuese necesario.

Al presionar un botón, se soltaba el dispositivo para moverse a la izquierda.

Presionar el botón nuevamente permitiría que la tira se deslizase hacia la izquierda hasta su siguiente parada.

Si un mensaje fuera más largo que la clave, se revertiría tantas veces como fuese necesario.

En uso, la clave constituía la entrada a un sistema de autoclave.

Luego se colocaba el lápiz en el total correspondiente al segundo dígito de la tecla, y se repetía el mismo procedimiento para la segunda letra del texto.

Schlüsselgerät 41 - Hitlermühle ("Molino de Hitler")