La ola expansiva de la polémica involucró, además de a Jacobi y a Mendelssohn, a Kant, Herder, Goethe, Thomas Winzemann y ocupó un lugar en la prensa alemana por varios años.
Uno de sus discípulos más destacados fue Karl August Eschenmayer, que también polemizó con Schelling.
El punto central de la filosofía de Jacobi era la necesidad de ir más allá del conocimiento demostrable, más allá del saber intelectual para llegar a un conocimiento inmediato del absoluto.
Pero, para él, la fe no equivale necesariamente a la creencia en realidades trascendentes u ocultas; se trata de certezas inmediatas, tales como la existencia de nuestro ser y de otros seres (lo que llamamos realidad), certezas que fundamentarían el pensamiento discursivo.
El filósofo germano-estadounidense Leo Strauss, bajo la dirección de Ernst Cassirer, le dedicó su tesis doctoral (Teoría del Conocimiento según el pensamiento de Jacobi, 1921).