En la primera hora del 15 de abril de 1912, mientras el barco se hundía, Barrett subió al bote salvavidas 13, y tomó el mando del mismo, sobreviviendo al desastre.
Un ingeniero, Herbert Gifford Harvey, ordenó a Barrett quedarse en la sala de calderas 5 para conseguir algunas lámparas porque se había ido la luz, al hacerlo, vio que no había agua y reunió a varios fogoneros para que mantuvieran los hornos encendidos.
Harvey, en sus comprobaciones, le ordenó abrir la tapa en el piso que daba acceso a varias válvulas y otro ingeniero, Jonathan Shepherd, al pasar apresuradamente entre el vapor no lo vio, cayó dentro y se rompió una pierna.
Harvey ordenó a Barrett subir ya que la sección se estaba inundando.
Barrett subió hasta la cubierta A y avanzó hacia popa, donde estaban los botes.
De hecho, al acercarse en la fila para subir, Barret afirmó haber oído la orden desde arriba: "No dejes más en ese bote, las cuerdas se romperán".
Las llamadas de los ocupantes del bote para que fuera detenido su descenso no fueron escuchadas y Barrett tuvo que trepar por encima de varias mujeres para cortar las cuerdas y liberarlo justo a tiempo.
Una mujer lo cubrió con una capa y, según sus propias palabras, no recordaba nada más de lo que sucedió a continuación.
Mary falleció en 1923 y Barrett abandonó el mar, trabajando en la costa como maderero.