Franz von Oppersdorff

Tenía su estado en Ober-Glogau, Silesia del Norte y mantenía su propia orquesta.

Cuando ambos visitaron al conde Oppersdorff, su orquesta ejecutó la Segunda Sinfonía con su aprobación.

Tras ello, Oppersdorff encargó a Beethoven una nueva sinfonía —la Cuarta— que el compositor terminó en octubre, vendiendo la partitura en 500 florines para su uso privado por seis meses.

Beethoven terminó la Quinta Sinfonía en 1808, dando la partitura a Oppersdorff en noviembre para recibir el pago final —aunque la dedicatoria fue al conde Andrey Razumovsky y al príncipe Joseph Franz von Lobkowitz—.

No hay registro de que el conde Oppersdorff encargase más obras a Beethoven.

Escudo de armas de la familia Oppersdorf (Año 1626), quien encargase a Beethoven componer las sinfonías Cuarta y Quinta.