Por sus descubrimientos sobre la aclimatación del tabaco en Alemania, el rey le concedió una pensión vitalicia de 500 táleros.
El rey Federico Guillermo II de Prusia también tenía alta estima por Achard.
La investigación fue interrumpida cuando la casa de Kaulsdorf sufrió un incendio y tuvo que ser vendida.
Poco tiempo después, dos estudiantes de Achard, Johann Gottlob Nathusius y Moritz Freiherr von Koppy construyeron otras refinerías.
Francia construyó por su cuenta numerosas refinerías y solo en sus últimos años fueron sobrepasadas por Prusia.
Mercaderes ingleses del azúcar ofrecieron a Achard 200.000 táleros por declarar que sus experimentos fueron un fracaso, pero el rechazó la oferta.
Debido a la incapacidad económica de Achard, provocada por varios incendios en 1806, sus refinerías fueron declaradas en quiebra en 1815.