Francisco de Vargas y Mejía

Realizó estudios en la Universidad de Alcalá, donde se licenció en Leyes.

En 1545 aparece en el Concilio de Trento como experto jurisconsulto del Emperador Carlos I por el reino de Castilla.

Una vez hecha la protesta, vuelve a Trento en marzo de 1548, donde permanece al menos dos años.

Tras la suspensión del concilio en 1552, es nombrado embajador imperial en Venecia, puesto que mantiene durante el reinado de Felipe II hasta 1558.

En ese cargo permaneció hasta octubre de 1563, cuando volvió a España.