[1] Durante su gobierno, los Países Bajos españoles fueron invadidos por los franceses dentro del contexto de la guerra de Devolución, en una campaña que fue casi un paseo militar.
[3] Falto de socorros desde España, Castel-Rodrigo reforzó su ejército con tropas imperiales licenciadas tras la paz del emperador con los turcos, aunque no lo suficiente para proteger a las provincias de la temida invasión francesa.
[5] Pese a sus desvelos por mejorar la defensa del territorio, la invasión de 1667-1668 resultó casi un paseo militar para el ejército francés.
Además, las iglesias de la ciudad celebraron misas cantadas y las campanas tocaron a difuntos durante tres días.
[8][9] Sin embargo, por razones que no están claras, Portugal no aceptó recibir los restos mortales de Francisco de Moura Corterreal que permanecieron en España.