Francisco Logroño
En enero de 1540 el cabildo le concedió doce ducados «por razón de lo que ha trabajado en las dos fiestas de Navidad pasadas, de treinta y ocho e treinta e nueve.» Durante estas fiestas se tocaban chanzonetas «con su música bien concertada» y, con la reticencia del cabildo, hubo representaciones, que el cabildo llama «farsas» y «juegos».[1] Para asegurar definitivamente la estancia de su maestro, el cabildo pidió permiso al papa Pío IV para suprimir un canonicato y dárselo al maestro de capilla.Logroño fue el primer maestro en disfrutar de tal distinción y salario.[1] Las actas comentan que Logroño «murió pobre y en servicio desta santa iglesia».[6] Debió ser un compositor muy fecundo, ya que tenía obligación que componer para Navidad y otras festividades, principalmente chanzonetas y villancicos, además de las composiciones litúrgicas en latín.