Francisco Solá y Madriguera

fue un insurrecto español que actuó en la tercera guerra carlista como Intendente General y jefe superior de Hacienda de Cataluña del bando legitimista.[8]​ El 15 de abril Solá publicó un edicto reglamentando el servicio de correos en toda Cataluña, estableciendo las tarifas de franqueo y dando las más minuciosas instrucciones,[9]​ y puso en circulación un sello con la efigie de Don Carlos y la leyenda «Dios, Patria, Rey»,[10]​ mediante el cual todos los ciudadanos debían pagar un «impuesto sobre comunicaciones» en sus cartas, si querían evitar que fueran interceptadas por las partidas carlistas.Según Luis Iglesias Baldeón, de este modo la influencia carlista se extendía más allá de las zonas dominadas y obtenían nuevos recursos con una mínima inversión.[8]​[11]​ En junio de 1874 Solá fue apercibido por Carlos VII por tratar e inmiscuirse en cuestiones de derecho internacional y canónico, dictando disposiciones sobre los compradores eclesiásticos.El pretendiente no quería que se molestase a quienes se hubiesen aprovechado de las desamortizaciones, ya que el Concordato había zanjado el asunto, por lo que anuló la disposición de Solá y le ordenó a abstenerse en lo sucesivo de inmiscuirse en asuntos que no fuesen de su exclusiva competencia.
Sello carlista de Cataluña (1874).
Francisco Solá con uno de sus hijos.
Fragmento de una carta de Francisco Solá al brigadier Martín Miret firmada el 26 de junio de 1874.