Cuando en 1912 comenzó la Primera Guerra de los Balcanes, los búlgaros contrataron a Santarini para que les ayudara en la lucha contra Turquía.
Al iniciarse la segunda guerra de los Balcanes, en la que los antes aliados combatían entre sí, Santarini regresó a Londres.
Mientras tanto en México, Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, se levantó en armas contra el usurpador Victoriano Huerta, y pidió tres aviones a la fábrica Moisant.
Esta se convirtió en la 'Flotilla Aérea del Ejército Constitucionalista', a las órdenes directas de Venustiano Carranza.
Santarini organizó las instalaciones, distribuyó el material y asignó funciones al personal técnico.
Santarini fabricó el avión 'Parasol' totalmente diseñado por él, al que equipó con un motor Gnome de 80 caballos y una hélice Anáhuac; como Santarini no sabía volar, este avión fue probado exitosamente por Felipe S. Carranza.